La película sigue el rodaje de un documental que lleva a la cómica Charlyne Yi y al director Nicholas Jasenovec (Jake Johnson) en un viaje por Estados Unidos y París en el que Charlyne, a través de entrevistas reales a parejas, científicos y diversos profesionales, intentará comprender qué es el amor. A pesar de que no cree que alguna vez se llegue a enamorar, contra todo pronóstico Charlyne conoce a un chico (Michael Cera) en una fiesta a la que acude para rodar parte del documental. Su relación en ciernes pasará a formar parte del montaje final, por lo que junto al resto de entrevistas, la cámara seguirá muy de cerca a Charlyne y a Michael en su tiempo libre. ¿Será esta relación la que haga cambiar de opinión a Charlyne acerca del amor?
La película nace de la idea inicial de Charlyne Yi de hacer un documental acerca del amor a partir de historias contadas por ciudadanos de a pie. El director del mismo, Nicholas Jasenovic, sugiere entonces introducir la historia de amor entre Charlyne y Michael, que transforma el documental en una película-documental, en la que Charlyne y Michael hacen de sí mismos y el siempre efectivo Jake Johnson interpreta al propio Jasenovec.
La verdad es que el concepto de la película me encantó. Es una especie de road movie en la que se recoge el rodaje del documental con entrevistas reales a personas desconocidas, a la vez que la historia de amor entre Charlyne y Michael. Charlyne entrevistará a jóvenes, mayores, jueces, abogados, escritores, científicos, moteros…incluso a un Elvis Prestley que trabaja en una capilla en Las Vegas. Todos estos personajes aportan interesantes perspectivas de lo que es para ellos el amor o lo que supone vivir enamorado para el ser humano en general.
La química entre Charlyne y Michael es excelente. Parece ser que durante mucho tiempo se rumoreó que en realidad estaban interpretando un romance que se dio en la vida real, aunque la propia Charlyne Yi descartó que ella y Michael Cera hubieran sido pareja en algún momento. La guinda del pastel la pone Jake Johnson, interpretando al director del documental en la vida real. Excelente en su papel de compañero de aventuras de Charlyne en la carretera.
Otro detalle bastante interesante de la película es cómo la propia Charlyne dramatiza las historias que surgen durante las entrevistas con muñecos y escenarios hechos de papel y alambre, como si fueran pequeños teatros de títeres. Me pareció muy ingenioso y divertido y creo que le aporta un valor diferencial al formato.
La banda sonora corre a cargo de los propios Charlyne Yi y Michael Cera, que demuestran así su versatilidad en una película de bajísimo presupuesto. Y es que ambos se descubren también como buenos músicos en esta película. Recuerdo especialmente el tema Magic Perfume, cantado por la propia Charlyne y dedicado a Michael. Creo que fue lo primero que vi de Charlyne Yi, a la que he seguido menos, mientras que a Michael Cera le había visto ya en alguna que otra película (Juno, Superbad, Youth in Revolt o Scott Pilgrim vs. the World).
Una película diferente. A pesar de que la temática del documental cuyo rodaje sigue es el amor, creo que no se hace empalagosa o ñoña. El formato me pareció un concepto bastante interesante, a camino entre el falso documental y el meta-documental. Uno de esos pequeños experimentos del cine independiente. Muy natural y divertida, puesto que los dos personajes principales hacen de sí mismos y son actores cómicos en la vida real. Los caminos del amor son misteriosos.
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¡La película que se ha montado! 