En una época en la que aplicaciones como Instagram o TikTok son parte fundamental del ocio de millones de personas alrededor del mundo, quería rebobinar por un momento hacia el embrión del fenómeno de las redes sociales tal cual lo conocemos hoy. Puede que todavía hoy muchos jóvenes no hayan jugueteado o sepan demasiado acerca de la red social que lideró una de las últimas grandes revoluciones de Internet, que no es otra que Facebook, hoy parte de Meta (propietaria de WhatsApp e Instagram), y liderada desde el principio por el controvertido Mark Zuckerberg. The Social Network indaga en los comienzos de este sitio web que cambió para siempre la interacción entre personas, proponiendo una interesante intriga judicial escrita y dirigida por los geniales Aaron Sorkin y David Fincher.
Me gusta la idea.
La historia comienza una noche en la Universidad de Harvard, allá por el año 2003. Mark (Jesse Eisenberg) es un talentoso estudiante de Informática que acaba de romper con su novia, Erica (Rooney Mara). Frustado, Mark ahoga sus penas en el alcohol y en hablar mal de su ya ex-novia en su blog personal. Ya avanzada la noche e inspirado por la broma de un compañero de habitación, decide poner sus conocimientos a trabajar para crear FaceMash, una página web que establece un ranking de las estudiantes más atractivas de Harvard mediante los votos de los usuarios.

Este experimento termina colapsando el tráfico de la red de Harvard y con Mark suspendido temporalmente de la universidad. Sin embargo, FaceMash atrae la atención de Cameron y Tyler Winklevoss (Armie Hammer), dos miembros del equipo de remo de la universidad que proponen a Mark trabajar en el desarrollo de HarvardConnection, una página web que permita a los estudiantes interaccionar entre ellos a través de Internet. Mark acepta la propuesta, pero en lugar de desarrollar HarvardConnection, termina creando en secreto TheFacebook junto a Eduardo Saverin (Andrew Garfield), su compañero de habitación.
Batalla legal.
Teniendo en cuenta estos convulsos inicios, tiempo después de la creación de Facebook, Mark Zuckerberg tiene que hacer frente a un par de importantes demandas judiciales. Por un lado, la de los hermanos Winklevoss, que le acusan del robo de su idea original para HarvardConnection, y por otro la de su amigo y co-fundador de la compañía Eduardo Saverin, que denuncia una maliciosa maniobra de ingeniería financiera por parte de los abogados de la compañía que le deja prácticamente sin acciones de la misma. La película se mueve a golpe de flashback entre el desarrollo de estos litigios y los primeros compases de la compañía.

Así pues, con el foco de la película dividido entre los comienzos de la red social más influyente de la historia, y la posterior batalla legal que motivó, quién mejor para tomar las riendas de la dirección que el maestro del suspense David Fincher. El aclamado cineasta es uno de los grandes responsable de que The Social Network sea mucho más que una película para frikis de la informática. Lo que podría haber sido otra historia más de Silicon Valley, termina siendo una acertadísima intriga judicial gracias a esa envoltura tan característica que Fincher fabrica para todas sus películas, y que mantiene a los espectadores pegados a la butaca hasta el último minuto.
Un genio implacable.
La película se centra casi exclusivamente en las vivencias de Mark Zuckerberg durante la eclosión de Facebook. Jesse Eisenberg es el encargado de interpretar el que probablemente ha sido el papel de su carrera hasta la fecha, cosechando múltiples nominaciones a los premios más importantes. Uno de esos papeles que, más allá del parecido físico con el personaje real, parecía predestinado para un actor experto en personajes antisociales y algo detestables. Y es que Mark Zuckerberg es retratado como un brillante a la par que odioso ingeniero de la escena tecnológica de la época.

El complejo personaje de Zuckerberg es un auténtico robot, carente de todo tipo de empatía y habilidades sociales, que se mueve fundamentalmente por su ego y por su deseo de dejar de ser un don nadie. La película muestra a un Mark obsesionado con los clubes sociales de las universidades, como medio para adquirir cierto estatus y conectar con las élites sociales. Arrogante e insensible, Mark utiliza a sus contados amigos como un medio más para conseguir sus objetivos personales. Su desmedida ambición, así como sus innegables habilidades técnicas, harán el resto en su camino hacia el éxito y la fama en la industria de Internet.
Fiestas y startups.
Tal como adelantaba antes, que nadie se engañe, The Social Network no es sólo una película para techies. La amalgama narrativa ideada por Aaron Sorkin proporciona un entretenido relato centrado en los excesos de la vida universitaria y de las empresas tecnológicas emergentes en Silicon Valley. Es por ello que las historias de fiestas, chicas y alcohol tienen bastante protagonismo en el transcurso de la trama, sirviendo como accesorio principal para la dramatización de los hechos reales acontecidos durante el nacimiento de Facebook. Esta parte más juerguista va de la mano de algunos personajes agitadores de la historia, como el de Sean Parker (Justin Timberlake), el creador de Napster al que Mark venera y con el que decide unir sus fuerzas para sacar adelante su proyecto.

En relación al plano técnico y documental, pienso que la película cuida de manera excelente todos los detalles relacionados no sólo con la programación e ingeniería informática, sino con el retrato del clásico work hard, play hard de las startups sobre el que gira toda la trama, y que muestra a jóvenes en busca de un sueño viviendo un poco a lo loco. La película, eso sí, debe tomarse como una versión convenientemente aderezada de la historia real, donde se incide en las partes que la pueden hacer más interesante y entretenida para el gran público. La mayor parte de los personajes reales consultados (Mark Zuckerberg, Eduardo Saverin, Dustin Moskovitz, etc.) coinciden bastante en este punto, así que probablemente es mejor no abordar esta obra con la expectativa de una total coincidencia con los hechos reales.
Sin duda, estamos ante una de las películas más relevantes del año 2010, y que generó un auténtico aluvión de nominaciones para los premios más importantes, consiguiendo una buena parte de ellos, especialmente en las categorías de guión y dirección. Una película de excelente factura a la que es difícil poner algún pero. Aparte de lo ya comentado, destacar igualmente su excelente banda sonora, ganadora de uno de los tres Oscars cosechados por la película (junto a mejor guión y montaje), a cargo de Trent Reznor y Atticus Ross. Si eres un fan de la tecnología e Internet, no puedes perderte esta película. Si no eres un fan de la tecnología e Internet, tampoco.
Podéis verla en Amazon Prime Video