El ego en el cine: Competencia Oficial (2021)

Qué grande es el cine. Y qué complejo el proceso de creación de una película, desde la escritura del guión hasta el rodaje en sí mismo. Especialmente desde el punto de vista humano, ya que no debe ser fácil manejar tantos egos en una industria que se caracteriza por generar una estrella tras otra. En clave de humor, es un poco el tema que aborda Competencia Oficial, una comedia que se adentra en las entrañas de la preproducción de una película donde la directora tiene que lidiar con sus dos actores principales, dos auténticos gallos que protagonizarán un choque de caracteres de alto voltaje.

El legado.

Humberto Suárez (José Luis Gómez) es un poderoso empresario de la industria farmacéutica que acaba de cumplir 80 años. Entre homenajes y regalos que nada le importan, Humberto se siente atenazado por la nostalgia y por cómo será recordado cuando deje este mundo. Decide entonces dar rienda suelta a su lado más filantrópico, embarcándose en dos proyectos faraónicos que perduren a lo largo de la historia: la construcción de un gran puente con su nombre y la producción de una película que pase a los anales de la industria cinematográfica.

Me falta algo

Humberto no tiene ni idea de cine, pero sí que tiene mucho dinero. Así pues, ordena a sus asistentes que contraten al mejor director y actores para llevar a buen puerto la película. De esta forma, al frente del proyecto se coloca a Lola Cuevas (Penélope Cruz), una aclamada directora que se propone llevar a la gran pantalla una novela sobre la difícil relación entre dos hermanos, que serán interpretados por dos de los actores de mayor reconocimiento en el panorama internacional: Félix Rivero (Antonio Banderas) e Iván López (Oscar Martínez).

Un cocktail explosivo.

Félix e Iván nunca han trabajado juntos, y la tarea de conectar a ambos actores no será nada fácil para Lola. Básicamente, porque ambos actores entienden la profesión y la vida de manera diametralmente opuesta. Por un lado está Félix, la estrella de Hollywood, más preocupado por la fama, la fiesta y las mujeres, que de su propia carrera. Por otro lado está Iván, totalmente contrario al Star-System y a la superficialidad de la industria hollywoodiense, más centrado en sus raíces teatrales y en cuidar su oficio. El choque de trenes es inevitable.

Ensayando

La posición de Lola como mediadora entre estos dos personajes antagónicos, lejos de mejorar la situación, la empeora sustancialmente. Y es que Lola es una artista excéntrica de métodos poco convencionales que, más que sosegar las aguas entre Félix e Iván, contribuirán a introducir más tensión entre las dos estrellas. Las exigencias de Lola traerán de cabeza a ambos protagonistas y convertirán la preparación de la película en un auténtico desafío para todas las partes. El estudio se convierte en un polvorín a punto de explotar.

Humor detrás de las escenas.

La película se centra fundamentalmente en la fase previa al rodaje donde los actores llevan a cabo diferentes ensayos bajo la atenta mirada de la directora. En este sentido, cabe destacar el carácter minimalista de la película, que se desarrolla casi en su totalidad entre las cuatro paredes del estudio de ensayo, de moderno estilo arquitectónico, y con un reducido reparto de actores. Aparte de los ya mencionados, cabe destacar a Irene Escolar en el papel de Diana, la hija de Humberto Suárez que Lola termina seleccionando para formar parte del elenco. Aunque no tiene demasiado tiempo frente a las cámaras, su personaje protagoniza alguna de las escenas más divertidas de la película.

Karateca

Competencia Oficial es una auténtica sucesión de sketches cortos cocinados a fuego lento, y cuyo humor explota las diferencias de personalidad y el conflicto en el triángulo protagonista formado por Lola, Félix e Iván. Sin embargo, la comedia desplegada durante toda la película no esconde el trasfondo principal de la trama, que no es otro que la escalada de las hostilidades entre Félix e Iván, siempre moviéndose en la fina línea entre lo profesional y lo personal. La gestión de los giros de la trama, varios de ellos algo oscuros, pienso que es acertadísima y ayuda a potenciar el tono cómico y satírico predominante durante toda la película.

Más allá del glamour.

Como amante del cine y la comedia, tengo que decir que Competencia Oficial constituye un magnífico crossover entre ambas formas de arte, resultando en una divertidísima parodia del mundo del cine visto entre bambalinas. Los personajes son tremendamente estereotípicos, y reflejan de manera exagerada los arquetipos de la excéntrica, el ligón y el pedante. Tres patrones de personalidad que indudablemente deben ser bastante frecuentes dentro de la industria de puertas adentro, una vez que se apartan los flashes de la alfombra roja. La película expone sin ningún pudor esta cara B del mundo del cine hasta llevarla al ridículo, y de ahí a la carcajada, para deleite del espectador.

Odio las fiestas

La anti-química entre el trío protagonista es indudable y el humor se introduce de manera inteligente y sosegada en cada escena. Los roles son muy reconocibles, bien por el alto contenido auto-paródico de la industria del cine, bien porque pueda ser fácil creerse a Antonio Banderas como actor canallita de Hollywood, o a Oscar Martínez como maduro maestro Miyagi de la interpretación. Pienso que el casting es más que acertado, incluyendo a una Penélope Cruz que es el auténtico Joker o generador de entropía en el día a día de los ensayos. El carácter intenso y las idas de olla de Lola son de lo mejor de la película.

Una estupenda elección para una tarde de risas inteligentes. Sin duda, un divertido recorrido por los recobecos de la industria del cine, utilizando la lucha de egos de sus estrellas como motor de la trama. Si os gustan las películas que hablan de hacer películas, y os gusta la comedia algo más sofisticada que un simple tartazo en la cara, esta puede ser una buena elección para algún rato divertido que queráis echar. Los grandes equipos van mucho más allá de las estrellas. Cinco y acción…o no.

Podéis verla en Filmin

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