Un vago en apuros: The Big Lebowski (1998)

Hoy toca película especial, incluso más que de costumbre, porque todas las películas de las que me decido a hablar me parecen especiales de alguna manera. Pero la de hoy sin duda pertenece a la categoría de las llamadas obras de culto para millones de cinéfilos. No me considero el mayor fan de la filmografía de los hermanos Coen, pero con The Big Lebowski creo que encontré la horma de mi zapato, en lo que a comedia se refiere. Con un reparto estelar y unos personajes para enmarcar, esta película forma parte de ese selecto grupo que siempre tengo en acceso directo, lista para darle un nuevo visionado. Repasemos un poco una de las comedias de enredo más surrealistas de las últimas décadas.

Una alfombra y un maletín.

Jeffrey Lebowski (Jeff Bridges), o el Nota, como le conocen sus amigos, es un tipo sin trabajo y sin muchas inquietudes vitales. Sus días pasan entre la bolera y su casa, bebiendo Rusos Blancos y fumando marihuana. Sus amigos Walter (John Goodman), un temperamental veterano del Vietnam, y Donny (Steve Buscemi), un inocente y tranquilo jugador de bolos, son su círculo más cercano, y con ellos comparte confidencias y equipo en la liga local de bolos. La vida transcurre sin mucho sobresalto para el Nota, hasta que una noche unos matones irrumpen en su casa con no muy buenas intenciones.

Recién asaltado

Tras interrogarle de malas maneras, metiéndole la cabeza en el váter y orinando en la alfombra de su salón, los matones se dan cuenta de que el Nota no es la persona que andaban buscando. Resulta que ellos buscaban a otro Jeffrey Lebowski, un millonario cuya esposa, Bunny, le debe dinero a su jefe, un productor de películas para adultos. Por avatares del destino, el Nota termina llevándose a hurtadillas una alfombra nueva de la mansión del Lebowski millonario, y poco después es contratado por este último para ayudarle en el rescate de su mujer, presuntamente secuestrada. Sí, todo muy rocambolesco.

Los tres amigos.

The Big Lebowski tiene infinidad de elementos que la han catapultado a la categoría de comedia de culto, destacando por encima del resto el tridente protagonista formado por el Nota, Walter y Donny. Los tres colegas son como una familia, y a veces uno se pregunta como tres personajes tan distintos llegaron a forjar semejante amistad. El despreocupado Nota, el malhumorado y belicoso Walter, y el inocente Donny, forman un trío interpretativo que ya ha quedado para la historia de la comedia. Con ver a los tres amigos discutir cualquier banalidad, la entrada ya está más que pagada.

El auténtico Dream Team

Los roles dentro del equipo están perfectamente definidos. Nota es el que siempre llega a sus amigos contándoles sus problemas o inquietudes, a los que irremediablemente Walter, que siempre se cree en posesión de la razón, termina sugiriendo una solución con un más que dudoso plan. El despistado de Donny, del que no se sabe demasiado en la película, casi nunca se entera de nada, y cuando se intenta poner al día lo único que encuentra son los malos modos de un Walter que odia que le interrumpan cuando expone alguna de sus brillantes ideas. Y por raro que parezca, parece que la fórmula les funciona.

Walter.

Si de alma de la película queremos hablar, me parece justo destacar el increíble papel de John Goodman como Walter Sobchak, el indomable ex-combatiente de Vietnam que se erige en la auténtica fuerza motriz de la historia, por encima del propio Nota. Y es que es por acción directa de Walter que la trama principal se pone en curso y se va enredando cada vez más. Es el cerebro del equipo y el que siempre decide el siguiente paso a tomar para intentar sacar al Nota de la trama criminal en la que de repente se ve inmerso. Walter tiene esa mentalidad de macho alfa, probablemente forjada durante sus años en el ejército, e intentará llevar sus ideas de mafioso de medio pelo hasta el final. El Nota es tan vago que, antes de pensar cualquier otra alternativa, simplemente prefiere seguir los consejos de su vehemente amigo.

Walter, un elemento inestable

Pero Walter es mucho más que el jefe del equipo. Y es que aparte de tomar todas las decisiones ejecutivas, está en el centro de algunas de las escenas cómicas más míticas. Inolvidables sus contínuos desprecios al bueno de Donny (Cállate, Donny. No estás en tu elemento), su encontronazo con Smokey, un contrincante de la bolera (Si no apuntas un cero vas a conocer el dolor), pero sobre todo, su contínua obsesión con relacionar cualquier tema con la guerra de Vietnam (No vi morir a mis colegas con la cara en el barro, para que esa…). Muchos me tildarán de loco, pero creo sinceramente que es uno de los mejores papeles de la carrera de John Goodman. Auténtico, excesivo e incontenible. Una mezcla explosiva.

Un enredo memorable.

Probablemente muchos no recuerden con precisión el curso de los acontecimientos durante la película. Y me parece normal. En mi opinión, la enrevesada trama actúa como mero soporte para unos personajes cuidadósamente perfilados, con unos diálogos y unas frases que es lo que más ha calado en los espectadores. Es rara la línea de diálogo que no incorpora un gag de manera soterrada, o dispara a matar sin contemplaciones. El guión es magnífico, y por supuesto es uno de los grandes culpables de que The Big Lebowski haya ascendido a los altares como película de culto de los hermanos Coen.

Cuidadito conmigo

Junto al ya mencionado trío protagonista, la película presenta un formidable reparto de secundarios, entre los que podríamos destacar a Julianne Moore como Maude Lebowski, John Turturro en el brevísimo pero icónico papel de Jesus Quintana (aunque bastante olvidable, tiene hasta un spin-off, The Jesus Rolls), e incluso a Philip Seymour Hoffman como Brandt, el repelente asistente del Lebowski millonario. Hasta la voz en off que narra la historia corre a cargo del eterno cowboy Sam Elliott. Y no menos importante, la banda sonora está en perfecta sintonía con el tono de la película, terminando de redondear una obra para la posteridad.

En definitiva, pienso que The Big Lebowski se presenta como una excelente elección si lo que queréis es pasar un buen rato con una buena ración de comedia ligeramente negra. Salvando las distancias, un poco en el estilo de otros clásicos como Snatch, anteriormente comentada por estos lares. Y sin duda, esa alfombra daba ambiente a la habitación.

Podéis verla en Amazon Prime Video

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