Desmontando a Michael Scott, el jefe más impresentable

Si nos paramos a pensar en las series cómicas de mayor influencia en este siglo, existe una que probablemente viene a la mente de la mayoría. Esta no es otra que The Office, el ya clásico falso documental sobre Dunder Mifflin, una empresa de papel localizada en Scranton, Pensilvania (Estados Unidos). Capitaneando una cuadrilla de oficinistas, donde tienen cabida todos los estereotipos habituales en el mundo corporativo, se encuentra el mítico Michael Scott, una leyenda de la comedia televisiva interpretada por el gran Steve Carell. Amado y odiado a partes iguales, hoy me gustaría rendir homenaje a este personajazo profundizando en su perfil como Manager Regional de la susodicha empresa papelera.

Rebelde con causa.

Al hablar de Michael Scott, a nadie se le escapa la peculiar personalidad del personaje interpretado por Steve Carell. Estamos ante un persona que es el cúlmen de lo ofensivo, permanentemente flirtreando con la broma fácil y de mal gusto. Michael se tiene a sí mismo como el hombre más gracioso sobre la faz de la Tierra, e intenta demostrarlo constantemente con un interminable arsenal de comentarios sexuales, racistas o sobre la apariencia física, del todo inapropiados. Su falta de filtro le lleva a soltar la frase menos indicada en el momento menos conveniente.

Tal como se refleja en distintos momentos de la serie, durante su infancia Michael era el típico niño solitario y sin amigos del que todos se burlaban. Es por eso que responde con la misma moneda como adulto en un afán continuo por llamar la atención e intentar obtener la aprobación de los que le rodean, a los que considera sus amigos aunque no le soporten. Además, es un gran impulsor del concepto de equipo dentro de la propia oficina. Y Michael, eso sí, por su equipo lo acaba dando todo.

Intentando sensibilizar a la oficina

El alma de la fiesta.

No hay un día en la oficina en el que Michael no tenga en la cabeza alguna actividad en la que él resulte ser el centro de atención. No hay fiesta de Navidad en la que él no tenga que hacer de Santa Claus (vaya disgusto se lleva el año que lo hace Phyllis), training en el que no pretenda dominar el tema, o boda en la que no tenga que sobresalir incluso más que los propios novios. Y si no se trata de ningún día especial, siempre recurre a sus míticas reuniones sin previo aviso en las que hace a todos partícipes de alguna de sus disparatadas ideas.

Hablando de fiestas en el trabajo, capítulo aparte merecen los Dundies, una suerte de premios Oscars trasladados a la oficina de Scranton. Se trata de una ceremonia anual creada por Michael para premiar a sus empleados en diversas categorías, a cuál más humillante, en la que por supuesto él hace de presentador y animador principal (o único). Es la fiesta favorita de Michael, junto con la Navidad y su habitual performance de Santa Claus. El resto de la oficina suele acudir obligado a estos premios, que siempre tienen lugar en la glamurosa hamburguesería Chili’s.

Presentando los Dundies

Círculo de confianza.

Tal como comentaba antes, detrás de esa personalidad ofensiva de Michael se esconde una necesidad imperiosa por caer bien a la gente y hacer amigos. En este apartado, Michael no tiene demasiado éxito. Los que le tratan más habitualmente se arman de paciencia para soportarle, y los que lo hacen más puntualmente, simplemente no entienden cómo alguien puede ser tan estúpido. Su mejor amigo es el incalificable Todd Packer, un antiguo compañero con el que comenzó en el departamento de Ventas de la compañía, y que tiene todo lo malo de Michael, pero acentuado, y nada de lo bueno. La conexión entre Michael y Todd es total y siempre que se ven se saludan durante diez minutos con todo tipo de insultos y recuerdos de anécdotas lamentables.

Aparte de Todd, Michael tiene a Dwight como su colaborador más cercano. Michael no soporta a Dwight (que es un caso aparte también), pero le encanta como este le idolatra y le tiene como poco más o menos que un esclavo al que carga con las tareas más humillantes y sacrificadas. Por otro lado, Michael admira profundamente a Ryan, al que considera su protegido, a pesar de todas las complicaciones que acaba generando a Dunder Mifflin durante su etapa como ejecutivo. Por último, puede decirse que Pam y Jim (especialmente Pam) son las personas más equilibradas con las que Michael mantiene algo parecido a una amistad, aceptándole con sus virtudes y sus defectos.

Michael nunca falla a sus amigos

Némesis.

A decir verdad, Michael no es una persona que despierte sentimientos de odio absoluto por parte de los que le sufren a diario. En general, es más bien estupefacción e incluso lástima lo que producen sus surrealistas intervenciones. Incluso diría que muchas de las personas que no le soportan, intentan buscar el modo de aprovecharse y manipularle en su propio beneficio, como ocurre con los personajes de Jan y Ryan. Es un poco un sentimiento de es tan idiota que no puede ser verdad.

Sin embargo, existe una persona a la que Michael no soporta. Ese no es otro que Toby Flenderson, el respresentante de Recursos Humanos en la oficina de Scranton. Siempre dispuesto a poner sensatez en una oficina de locos, y por ello torpedear las disparatadas ocurrencias de Michael, Toby se convirtió desde el primer día en su kriptonita. Se trata de la única persona con la que Michael es únicamente hiriente y no muestra ningún tipo de empatía o arrepentimiento. Igualmente, no le considera parte de la familia de la oficina. El día más feliz de la vida de Michael fue cuando Toby se fue a Costa Rica, y el más triste, cuando Toby volvió a la oficina.

Michael descubre que Toby está de vuelta

Las mujeres de su vida.

A pesar de su hiperbólico carácter, que muchas veces raya en el infantilismo y la vulgaridad, Michael es un hombre con evidente éxito entre las mujeres, como así lo demuestran sus diferentes romances a lo largo de toda la serie. Aunque parezca que no va mucho con su personalidad, una de las grandes metas en la vida de Michael, aparte de hacer amigos, es conocer a la mujer de su vida y formar una familia.

Todo empezó con su turbulenta relación con Jan Levinson, una ejecutiva de la compañía con la que navegó contra las dificultades propias de una relación jefe-subordinado, y que no acabó demasiado bien. Jan no soportaba a Michael, pero por algún motivo sentía una fuerte atracción física por él. Una vez Jan sale de Dunder Mifflin, su relación se torna meramente autodestructiva y termina con la policía interviniendo en una pelea entre ambos. Creo que sin duda esta fue la relación más pasional de Michael y probablemente la que más juego dio en la serie.

Solapándose con sus comienzos con Jan, Michael también salió durante un tiempo con Carol Stills (intepretada por Nancy Carell, la mujer de Steve Carell en la vida real), la agente inmobiliaria que le vende su casa. Carol parecía de inicio la relación con más potencial, pero las excesivas ansias de Michael por formar una familia, casi en la primera cita, y un par de contratiempos más marca de la casa, echaron a perder cualquier posibilidad de futuro entre ellos.

Después de estas dos relaciones algo más serias, Michael pasó por una etapa de relaciones más breves, pero no por ello exentas de picante. La primera comenzó al final del día de la boda de Pam y Jim en Niagara, ni más ni menos que con la madre de la novia, Helene Beesly. Aparte del disgusto que le produjo a Pam, Michael remató la faena finalizando la relación de la peor manera posible, que no fue otra que durante el cumpleaños de Helene, al darse cuenta de la diferencia de edad entre ellos.

Michael recuperó brevemente la ilusión con Donna Newton, la encargada de un restaurante con la que pasó muy buenos momentos hasta que se enteró de que estaba casada. En ese momento, salió a relucir ese menos frecuente Michael ético y decidió terminar con la relación, tras hacer un poco de stalking al marido en un partido de béisbol y darse cuenta del daño que le podía hacer.

Y entonces llegaría Holly Flax. Los guionistas jugaron aquí la carta de la salida de Toby excelentemente, de manera que sustituyeron a la persona más odiada por Michael, por la persona a la que más iba a querer. Holly es básicamente un Michael Scott políticamente correcto y en mujer. Ferviente admiradora del humor absurdo más inofensivo de Michael, creó una fuerte conexión con él desde el principio. Esta fue la relación definitiva de Michael, si bien no estuvo exenta de idas y venidas en forma de rupturas y relaciones intermedias. La horma de su zapato, sin duda alguna.

Holly vuelve a estar soltera. ¡Siiiiii!

Éxito profesional.

Puede que Michael sea un jefe poco convencional y que muchos se pregunten qué hace una persona así dirigiendo los destinos de una sucursal. Pero la realidad es que Michael ascendió al puesto de Manager Regional en Scranton tras una brillante carrera en el departamento de Ventas de la compañía. Como jefe, a pesar de pasar la mayor parte haciendo el tonto y evitando el trabajo real, da muestra de sus notables habilidades en los negocios cuando la situación lo requiere. Es un procrastinador nato experto en el manejo de situaciones límite. Casualidad o no, bajo su mando la sucursal de Scranton se convierte en la única con beneficios cuando la compañía se empieza a asomar a la bancarrota.

Michael es un hombre de negocios de la vieja escuela, campechano y que debe la mayor parte de su éxito a su habilidad para conectar y establecer una relación más personal con los clientes. Es esta habilidad de la que se vale también cuando deja Dunder Mifflin y funda su propia compañía, la Michael Scott Paper Company. Con tan sólo los fichajes de Pam, momento Jerry Maguire incluido, y de su querido Ryan, al que encuentra trabajando en una bolera, la Michael Scott Paper Company logra robar suficientes clientes a Dunder Mifflin, como para que David Wallace le proponga comprar su compañía, reincorporando a los tres compañeros de fatigas nuevamente a Dunder Mifflin.

Invitado a la reunión de accionistas

Filántropo.

Una de las facetas más positivas de la personalidad de Michael Scott es su implicación en cualquier causa benéfica que le permita ayudar a la comunidad, a pesar de utilizarlo como una excusa más para ser el centro de atención y alimentar su frágil ego. Cualquier ocasión es buena. Las siempre necesarias campañas de donación de sangre, una noche de casino en el almacén a la que invita a las dos mujeres que le gustan, una carrera en favor de Meredith cuando la atropella accidentalmente, o simplemente apoyar a Pam en su carrera artística.

Sin embargo, en relación a su perfil altruista, uno de los momentos más recordados es la tremenda recogida de cable que se ve obligado a hacer después de haber creado su propia fundación benéfica, como si fuera Bill Gates. Y es que al bueno de Michael no se le ocurre otra cosa que prometer pagar los estudios universitarios a toda una clase en una escuela local. Motivados por la promesa de Michael, todos los alumnos consiguen buenos resultados en el instituto y tienen intención de aprovechar la oportunidad prometida por Michael años atrás. El momento visita de Michael para decirles que no puede cumplir, es de lo más épico que se recuerda en la serie.

Cómo les digo que no puedo pagarles los estudios

Artista polifacético.

Michael es también un artista camaleónico que tiene un personaje para cada ocasión en la que puede destacar delante del resto. Al ya mencionado clásico Santa Claus en las fiestas de Navidad, hay que añadir algunos de sus álter egos como Prison Mike, para explicar a sus subordinados cómo es la vida en la cárcel, o Date Mike, cuando inesperadamente Michael se pone en modo seductor malote en medio de una cita. Si se siente inspirado, Michael no tiene filtro y da rienda suelta a su vena actoral siempre que puede.

Y es que Michael se toma muy en serio sus habilidades interpretativas. Es por ello que dedica parte de su tiempo libre a tomar clases de improvisación, donde puede seguir satisfaciendo su afán de protagonismo a la par que volver locos a sus compañeros. En estas clases, Michael suele utilizar a su personaje favorito, el agente secreto Michael Scarn, para el cuál incluso termina haciendo una película, la aclamada Threat Level Midnight, en la que también participan el resto de oficinistas.

Clases de improvisación que acaban siempre igual

Influencia del personaje y época post-Michael.

El ascendente del personaje de Michael Scott es prácticamente infinito. Es imposible entender The Office sin la genial intepretación de Steve Carell, no por ello menospreciando las actuaciones del resto del elenco. Sin duda, existe un antes y un después cuando Michael Scott abandona la serie al final de la temporada 7. En adelante, la serie buscó reinventarse en cierta manera para llenar la ausencia de Steve Carell como alma absoluto de la misma.

Estos intentos corrieron mejor o peor suerte. El primero, aún con Carell en la serie, fue probar a Will Ferrell interpretando al nuevo Manager Regional de Scranton, Deangelo Vickers. En este caso, se optó por una opción totalmente continuista, confiando en otro actor histriónico de similar registro a Carell. En mi opinión, creo que Deangelo podía haber tenido recorrido más allá de los escasos episodios en los que se le dio cabida. Aunque no llega al nivel de Michael Scott, la actuación de Deangelo dejó claras reminiscencias del personaje de Steve Carell.

La corta carrera de Deangelo como Michael Jordan

Después vino el baile de Managers con algunos de los personajes habituales, como Jim, Creed (¿?), Dwight y más tarde Andy. Reconozco que estas situaciones de ascenso al trono de los oficinistas tuvo su gracia, pero pienso que puede valorarse como poco más que una maniobra de distracción hasta ver qué se les ocurría a los productores. Igualmente, aunque me eché algunas risas, acabé decepcionado con el inicialmente prometedor Robert California, interpretado por James Spader. Un perfil diferente al de Scott, pero con un aura de misticismo y diálogo seductor que apuntaba maneras al comienzo.

Candidatos para sustituir a Michael

Sin embargo, en mi opinión creo que el actor que mejor hubiera reemplazado a Steve Carell como Michael Scott, apareció tardíamente en un cameo durante uno de los últimos capítulos. Se trata del gran Bob Odenkirk (Breaking Bad, Better Call Saul), que mostró unas increíbles cualidades como jefe graciosete en la empresa inmobiliaria de Filadelfia donde Pam realiza una entrevista.

Michael Scott Parte 2

Desde el punto de vista cómico, creo que el personaje que realizó el mejor intento para hacer olvidar a Michael Scott, con su estilo propio, fue el grandísimo Dwight Schrute. Si bien ya anticipaba un gran nivel desde el inicio de la serie, con la salida de Steve Carell el personaje de Rainn Wilson encontró el terreno completamente despejado para volar libre, terminando como absoluto protagonista de la trama. Visto en retrospectiva, creo que el personaje de Dwight es el único que, junto a Michael, puede presumir de haber tenido el show a sus pies como epicentro cómico del mismo.

El breve reino del terror de Dwight como Manager temporal

Indudablemente, hablar de Michael Scott es hablar del papel que terminó de lanzar al estrellato de la comedia al gran Steve Carell. Será uno de los papeles cómicos por los que siempre se le recordará, junto a otros como el interpretado en películas como The 40-Year-Old Virgin. E igualmente, no cabe duda que, por el gran éxito cosechado, The Office contribuyó notablemente a poner en el mapa al género del mockumentary, marcando el camino a otras series de éxito posteriores, como Modern Family. Para los fans de la serie, decir que llevan tiempo circulando rumores de una posible reunión de los protagonistas de la serie para este año por parte de la NBC, a través de Peacock, su plataforma de streaming. No he visto mucho movimiento real al respecto pero, quién sabe, tal vez en breve sea tiempo de esconder las grapadoras otra vez.

Podéis ver más en Youtube

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