Un equipo de documental, convenientemente protegido con crucifijos, se adentra en la vida de Viago (Taika Waititi), Vladislav (Jemaine Clement), Deacon (Jonathan Brugh) y Petyr (Ben Fransham), cuatro vampiros que comparten piso en Wellington (Nueva Zelanda). Durante el rodaje, repasarán la vida cotidiana de los cuatro compañeros, explorando sus diferentes orígenes y dificultades de adaptación a la vida en la sociedad moderna, que para ellos comienza una vez se pone el sol. A pesar del terror que suele rodear a los vampiros, las andanzas de estos cuatro amigos de afilados colmillos resultan de lo más hilarantes.
Escrita y dirigida por Taika Waititi y Jemaine Clement, este falso documental se basa en un cortometraje de igual nombre de los propios Waititi y Clement en 2005. Puedo decir que a nivel de mockumentary es lo más gracioso que he visto desde The Office, versión estadounidense, con el gran Steve Carell interpretando al mítico Michael Scott. Igualmente, en 2019 se estrenó una serie de televisión inspirada en la película, que cuenta con los propios Waititi y Clement como productores.
Este falso documental se centra en las particulares vidas de los cuatro vampiros protagonistas. Viago viajó a Nueva Zelanda persiguiendo a su enamorada, pero para cuando llegó ya era demasiado tarde. Vladislav parece de inicio que es todo un Casanova, pero en realidad sigue atormentado por la ruptura con una antigua novia, Pauline, a la que desde entonces apoda como «la bestia». Deacon es un poco el dealer del grupo, y utiliza a su sirviente humana, Jackie (Jackie van Beek) para todo tipo de tareas de limpieza y provisión de alimentos, bajo la promesa de ser convertida en vampiro. Petyr, la viva imagen de Nosferatu, es un vampiro muy mayor que se comporta más como un animal que como un humano.
El toque humano en la vida de los vampiros lo ponen la antes mencionada Jackie, pero sobre todo el que para mí es una de las estrellas de la película, Stu. Es el primer humano que entra en las vidas de los cuatro amigos y que deciden no comerse, por lo divertido y útil que les resulta. Y es que el bueno de Stu inicia a los vampiros en el mundo de la tecnología, de manera que pueden ver amaneceres en Youtube (sin morir desintegrados) o incluso Viago es capaz de encontrar a su antiguo amor, Katherine, que ya es una dulce ancianita que vive en una residencia cercana. Stu es el colmo de la ingenuidad y el centro de todos los grandes eventos de los vampiros, pelea con hombres lobos y fiesta de no-muertos incluidas.
A reseñar también el papel de Nick (Cori Gonzalez-Macuer), el joven vampiro que los cuatro compañeros de piso acogen bajo su ala. Nick encarna a la perfección el papel de adolescente rebelde bastante perdido en la vida. Y como vampiro, ya os podéis imaginar el juego que puede dar. Para los más sensibles con la violencia, mencionar también que la película no contiene mucha sangre o brutalidad, más allá de alguna escena cómica que lo justifica, como cuando se muestra la poca pericia de Viago bebiendo la sangre de sus víctimas. Aunque resulte difícil de creer para una película de vampiros, es una risa tras otra. Verdaderamente divertida.
Una película que vi sin demasiada expectativa, primero porque nunca fui muy aficionado a las películas de vampiros, y segundo porque se trataba de una producción de la que no había oído demasiado en este lado del charco. Y pocas veces me he alegrado tanto de jugármela con una película que, sin duda, está entre las más divertidas y que mejor rato me han hecho pasar. Para un día un poco más de bajón, estos vampiros te darán la vida…eterna.
Podéis verla en Amazon Prime Video
¡La película que se ha montado! 